Agradeço a Andrea Mondragon pela revisão do texto.
.
Esta era la hora en que yo desnudaría tu hombro, y de allí hasta el final, no sin antes cubrir con un paciente beso tu clavícula. Pero hay una sencilla sensualidad en tus palabras, hay el tu saberte bella – esencialmente ese hecho de que tú te conoces bella y que mi cuerpo confirmaría tu certeza… Eso todo me da ganas de leer poesía, de verte dibujada en la retórica versificada de la mímesis imposible, y entonces de hacerte saber que en todo eso fáltate algo, y ese algo es el justo espejo que jamás vendrá, y que jamás habrá semejante justicia, y de hacernos saber también que mis besos no te cubrirán sino en un despreciable espacio de tiempo, que es injustamente ínfimo en presencia de tu concreta realidad. ¿De qué vale tenerte sino para siempre? ¿Y cómo tenerte para siempre si el tiempo te consumirá, como lo ha hecho conmigo? ¿Sólo en un verso?, ¿un verso malogrado que contendrá más silencio que fidelidad, y ni ese silencio sabrá ser en él leído? El verso, ese pedazo de la nada, será sólo un vestigio que insinúa sin denunciar la falta de palabras que eres tú; tú, un símbolo vivo de la afasia que no se apacigua ni cuando te alejas.
Um comentário:
Aqui: silêncio
.
.
.
(Parece Córtazar. O que é o mesmo que dizer: muy belo, poeta.)
Postar um comentário